La necesidad de especializarte en un área concreta de tu rama formativa antes de lanzarte al mercado laboral se ha convertido en casi un requisito indispensable a la hora de encontrar trabajo.
En un mundo global cada vez más competitivo, solo aquellas personas que estén realmente preparadas en un campo concreto obtendrán el éxito profesional deseado.
Pero ¿cómo afrontar el pago de un máster, postgrado o curso de especialización? O mejor aún, como hacerlo y además invertir en formación en idiomas, habilidades comunicativas o en cualquier otra destreza imprescindible para desenvolvernos en el mercado actual de trabajo… La respuesta está en las alternativas de financiación disponibles en nuestro país hoy en día.
De los ahorros a la ayuda familiar
Lo ideal sería poder invertir los ahorros en el pago de un máster que te asegure una salida laboral de futuro, estarías libre de contraer obligaciones con nada ni nadie y te olvidarías de los intereses; sin embargo, si has pasado los últimos cuatro años estudiando, apenas tendras dinero ahorrado.
Muchos estudiantes recurren a sus padres para poder costear la matrícula del máster deseado. De hecho, suele ser la opción más común cuando con nuestro propio dinero no nos llega. La gran ventaja de solicitar ayuda a la familia es que no te cobrará intereses ni te marcará plazos de devolución. Pero, no todos los progenitores tienen tal suma de dinero a mano, en muchas ocasiones, los padres aún están pagando una hipoteca sobre su vivienda, han de costear los estudios de varios hijos a la vez o incluso afrontar gastos inesperados, como la adquisición de un nuevo vehículo familiar.
Entonces, ¿qué hacer ante la imposibilidad de tirar de ahorros y de ayuda familiar? En este caso, lo aconsejable es intentar obtener una beca por todos los medios, aunque no es fácil, en los últimos años, el capítulo de ayudas económicas al estudio se ha visto seriamente reducido, así que las posibilidades de obtener una beca disminuyen drásticamente.
Queda así otra de las opciones viables, solicitar un crédito. A través de CréditoSí puedes pedir hasta 1.000 euros para costear tus estudios sin necesidad de presentar avales, nómina o ratificar documentos que te comprometan con la entidad más allá de la mera responsabilidad de devolver el dinero a tiempo.
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¿Y qué hay de quienes trabajan además de estudiar?
Aquellas personas que ya se encuentran inmersas en la vorágine del mercado laboral cuentan con varios hándicaps inevitables.
Y es que, a los gastos del máster, postgrado o curso de especialización hay que sumar los derivados de otros capítulos formativos exigidos por la empresa para el acceso a ciertos puestos y categorías (fluidez a la hora de hablar otros idiomas, conocimiento de ciertas herramientas informáticas…), la hipoteca de esa nueva vivienda que acabas de comprar, la letra del coche, el seguro, los impuestos, la luz, el gas, el agua, la calefacción, los gastos médicos, el gimnasio…, y mejor no hablar si tienes hijos: guardería, material escolar, vacunas… Te pones a hacer cuentas y llegamos a la conclusión de que la nómina no da tanto de sí.
Pero ¿cómo estirar la nómina si no puedes costearte un máster que mejore tu formación y asegure una mayor empleabilidad y sueldo? La respuesta vuelve a ser la misma, si necesitas dinero para costear tus estudios sin renunciar al trabajo, solicita un microcrédito como vía de financiación y olvídate de pedir más crédito al banco.