Créditos rápidos, minicrédito, dinero rápido, micropréstamo, préstamos rápidos… Se trata de productos financieros de la misma familia y, en algunos casos, prácticamente sinónimos.
En todo caso, se han convertido en soluciones idóneas para los emprendedores, que pasan por uno de los momentos más complicados para esta heroica «especie» empresarial. Gracias a ellos pueden superar con más facilidad las complicaciones que se interponen en su camino, tales como las abusivas cuotas que sufren.
Emprender a día de hoy
Hemos de decir que la financiación del emprendimiento ha cambiado mucho durante los últimos años. La solemne visita al banco y el intento de causar buena impresión al oficinista (con traje y corbata) han pasado a mejor vida.
A las dificultades del pasado se han unido otras y, como no hay mal que por bien no venga, han surgido alternativas de financiación realmente imaginativas. Toma nota, por ejemplo, de las siguientes: business angels, capitalistas de riesgo, inversores estratégicos, micromecenazgo o crowdfunding…
En cierto modo, la bandera del afán social de los microcréditos nacidos en África ha sido enarbolada por las entidades de crédito que se sitúan al margen de la banca tradicional. En este caso, no cortar la intención de emprender ya constituye una función social del préstamo en sí misma.
¿Y cómo hemos llegado hasta aquí?
Pues los inversores, ahorradores y emprendedores nos hemos tenido que buscar las habichuelas. La crisis que ha atravesado nuestro país desde 2008 ha provocado que los bancos nos exijan unas altas garantías (entre ellas, nómina y aval) para acceder al crédito. En estas circunstancias, son muchos los emprendedores que no disponen de fondos suficientes para poner en marcha sus negocios o realizar obras clave para generar productos o servicios. Por otro lado, este «exceso de celo» de los bancos convencionales se debe, precisamente, a que en la época de la burbuja inmobiliaria concedieron préstamos con demasiada «alegría».
Así que hoy pagamos justos por pecadores y no es infrecuente que tengamos problemas para pagar a tiempo a un proveedor o para renovar el material informático de nuestra oficina, por ejemplo.
Hay solución
Efectivamente, los créditos rápidos se han revelado como la luz al final del negro túnel de la financiación de los emprendedores. Ante las complicaciones que te hemos contado anteriormente, vienen a llenar el hueco de esta creciente necesidad de dinero rápido para determinados proyectos y sin avales de por medio. En este sentido, podrás tener el crédito aprobado en minutos, por lo que dispondrás a tiempo del dinero oportuno para tus pagos urgentes. Además, puedes realizar todas las operaciones relativas a la concesión de este préstamo por Internet, de manera que ahorras tiempo en esperas y papeleos.
Sin ir más lejos, puedes
conseguir 500 euros y devolverlos en el plazo de un mes.
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