Cada vez son más las personas que adoptan hábitos de consumo respetuosos con el medioambiente y con su conciencia ciudadana.
Reutilizar, reciclar, arreglar, consumir menos…, son conceptos que vuelven a estar en boga gracias a la creencia de que, si seguimos a este ritmo, nos cargaremos nuestro ecosistema.
Por qué comprar 20 pantalones si, al fin y al cabo, siempre te pones los que mejor te quedan, y no suman más de cinco. Por qué no alquilar un coche cuando lo necesitas si vives en el corazón de una gran urbe y cuando viajas, lo haces en avión. Por qué no gastar un minuto de nuestra vida en hacer una lista de la compra antes de ir al súper para adquirir solo lo justo y no tirar comida. Por qué no vender todos esos accesorios deportivos y material que ya no usas… No se trata de hacer grandes gestos, solo pequeñas acciones que mejorarán tu entorno y tu bolsillo.
Gastos superfluos que lastran nuestra economía
Y es que, no debemos olvidar que el consumo responsable habla también de minimizar gastos superfluos para aumentar nuestra capacidad de ahorro o de inversión en aquello que realmente importa.
Echa la cuenta…, ¿cuántas cosas has comprado el último año y cuántas has utilizado de verdad? El resultado da mucho que pensar.
No se trata de ser un fan de la ecología ni del ahorro extremo, se trata de priorizar los gastos para estirar el dinero, sobre todo cuando la nómina se queda corta.
Quizás si planificas tus gastos a un mes vista, y teniendo en cuenta tus ingresos, te des cuenta de que recortando gastos adicionales como esas nuevas raquetas de pádel que apenas vas a usar, los zapatos que solo te vas a poner en una ocasión o las cenas precocinadas de los fines de semana, consigues la cantidad suficiente para hacer el viaje que tanto necesitas para reencontrar a tu pareja o disfrutar de esos amigos a los que cuesta tanto ver últimamente. Es cuestión de organización y de conciencia eco, porque consumir menos es la clave de tu ahorro y de la preservación de nuestros recursos naturales.
No necesitamos tantos bienes materiales para ser felices, solo cubrir las necesidades básicas y buena compañía para disfrutar de la vida.
Y si no consigues llegar a fin de mes aunque adoptes un modo respetuoso de consumo, siempre te quedará la opción de pedir un crédito o microcrédito como apoyo financiero a la hora de pagar el alquiler, el cambio de neumáticos del coche o esa multa de tráfico tan inoportuna.
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